La Oración, esa hora entre dos luces. Ese suspiro entre el día y la noche, dónde ya conviene tener la caballada encerrada y el fuego prendido. Los reseros y los carreros, cambiando caballo y tomando un mate a la pasada si hay que rondar. Las noches suelen ser largas para los "nuevos" en estas lides. Las acorta el mate, el tinto, la guitarra... y después de la primera, el cansancio.
miércoles, 16 de septiembre de 2009
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